CARTA

Si las cosas salen como las estoy planeando y DIOS tiene los mismos planes que yo, el próximo año vamos a embarazarnos, la sola posibilidad me llena de ilusiones y una alegría que no alcanzo a describir.
Esta es una carta para Alejandro/Manuela.
En un año si todo sale como soñamos tu papá y yo ya estarás echando raíces en mi vientre, yo desde que tengo entendida la posibilidad de ser madre te he estado esperando, porque entre todas las dudas que me han puesto trampas agazapadas en el camino la de no traerte nunca pudo conmigo, si tuve miedo de no ser la madre que te mereces, pero he estado atenta a la mía, tu abuela para aprender a ser todo lo que un ser humano necesita por mamá, porque no quiero que mi influencia sea para ti un lastre de por vida, como lastimosamente he tenido que ver son sus madres para tanta gente.
Ésta cartica de amor dirigida a los dos, porque ambos van a llegar, yo creo que será primero Alejo, el papá jura que la primera va a ser Manue, no importa mucho porque lleguen en el orden que lleguen nosotros ya los estamos esperando, falta muchísimo mas de un año para que siquiera yo tenga la panza bien redonda, pero ya quiero comprar la tela Aída para bordar primores que cobijen tus sueñitos y decoren las paredes, es mas confieso ya compré unas servilletas con ovejas con la que pienso decorar una de las paredes de tu cuarto.
Vas a llegar acá en Cali, y en esta ciudad pasaras los primeros 3 meses de tu vida, como entonces tendré vencidas unas vacaciones nos vamos los tres a la tierra mía, para que conozcas a Sincelejo y su cielo precioso, llevarte a Coveñas para que así tan chiquitico o chiquitica juegues con la espuma del mar y te despabiles con el flash de la camara, desviarnos al regreso y entrar a Caracol, ese pueblo maravilloso de mi infancia donde se que todo el mundo se alegrará de conocerte, mientras oimos el rumor del arroyo lo congelamos en una foto, entrando ya de nuevo a Sincelejo tomaremos una foto en uno de los miradores, después de unos días y para no cansarte tanto nos vamos todos (con los abuelos y las tías, todos estrenando sus nuevos títulos) a Magangue donde nací y pasé las mejores vacaciones saltando tumbas y alcanzando mangos, para que conozcas la rivera del magdalena y seas arrullado o arrullada en los brazos gorditos de mi abuela, desde la mecedora en la que te duerma por la tarde a la sombra de uno de los palos frutales tomaremos una foto al patio.
La última escala de este viaje por los recovecos de la historia de tu madre son dos pueblos: Puntadeblanco y Santiago Apóstol, en el primero ya no tenemos a nadie, sólo la casa sola de la abuelita Carmita que hace rato ya está en el cielo, pero entramos y recorremos cada rincón y en el cuarto de los santos le tomamos foto al altar donde rezaba ella cada madrugada, y más tarde una desde la plaza de la cruz de mayo a la ciénaga quieta llena de taruya. Luego yo con un nudo en la garganta por tanta nostalgia, y todos contigo hacemos el viajecito hasta Santiago, seguro tendré que cubrirte la carita porque el camino tiene mucha tierra, ya sentirás que alegre se pone el viejo Nato cuando por fin te tenga entre los brazos, porque debo contarte que siempre que hablo con él la pregunta es la misma: y entonces mija, cuando es que llega la cría? De regreso te paso un momento a los brazos de tu papá mientras tomo una foto a las casitas de los comejenes.
Con todas esas imágenes quiero hacerte un mosaico para la pared de tu cuarto que después pasara a tu hermano o hermana, para que apenas puedan preguntar por ellas yo tenga el pretexto de contarles la historia de mi infancia en un paraíso muy lejano de este que será de seguro el eterno paraíso de ustedes.