Historia Uno.
El día de ayer ya casi llegando a la oficina me llama un amigo:
- Fulanita está esperando trillizos.
No me llamó a contarme un chisme, sólo a decirme algo que se relacionaba con esta noticia, quedé sorprendida, Fulanita es una mujer que hace 3 meses era una soltera fenomenal, alta con un cuerpo precioso cuya mayor preocupación era ella misma, resulta que sin planearlo quedó embarazada, y realmente a mi me parecía feliz con la noticia, ya tiene como 36 años así que está bien, pero enterarse que el cambio en su vida va a ser aún más radical de lo que se esperaba eso es otro cuento. Si, ya sabia que en 6 meses la soltera despampanante se habría convertido en la madre de un bebé, pero no, será la madre de tres hijos que vienen al tiempo.
3 coches.
Casa para 3.
3 matriculas de colegio.
3 universidades.
Y todo al tiempo...
Historia Dos.
Ya un poco más repuesta de la sorpresa del embarazo múltiple llamo a un paciente:
- Menganito Menganez.
Era un beneficiario para calificarle la perdida de capacidad laboral y definir si puede seguir afiliado como tal.
Tiene 19 años, y cuando tenia 7, por allá en febrero de 1996, cuando yo andaba feliz recibiendo mis primeras clases en la universidad, sufrió un accidente cerebro vascular isquemico, popularmente conocido como trombosis, esa enfermedad que supuestamente solo le da a los viejitos, por su causa no mueve la mitad izquierda del cuerpo, tiene un coeficiente intelectual limítrofe y carga un resentimiento sin razón contra un primito menor un año que él porque:
- Le dió un piedrazo y le produjo eso - comentó la madre.
Lo cual es mentira, al parecer tenía una alteración arteriovenosa, le expliqué, la señora medio aturdida lo mira y me dice:
- Hasta los siete años el era un niño hermoso.
- ¿Era, es un niño hermoso? - dije para combatir esa manía de la gente al hablar de los viejos y los enfermos como si hubieran muerto.
Historia Tres.
Bastante conmovida por la tragedia de este joven y su familia llamo a un paciente como de 60 años ya conocido por mi:
- Señor Perencejito siga, ¿qué le pasó en la mano?
Es un señor con una enfermedad profesional que le dañó la columna lumbar por la cual había sido pensionado como tuvo una mejoría leve que lo pasó de 51 a 45% de perdida lo mandaron a trabajar de nuevo, estaba ayudando a subir un trapiche de 500 kg, él que no mide más de 1.60 y si mucho pesaré 53 kilos, el aparato se resbaló atrapándole 4 dedos de la mano, sólo se salvo el pulgar. Ver llorar a un viejito y su mujer es muy duro, mi único consuelo:
- Vamos a mandar una carta a la ARP para que al termino de su tratamiento le computen las dos perdidas y ver si puede alcanzar la pensión.
La vida tiene sus formas y uno puede pasarse todos los años que le toca vivir tratando de entender sus misterios, lo cierto es que o no lo hacemos o cuando al fin logramos tal sabiduría más fueron los días que se nos pasaron en el intento que la satisfacción que queda, estas historias sólo lo hacen a uno entender que la vida es tan fuerte como una hoja al viento, y nada puede darse nunca por sentado.
viernes, julio 11, 2008
DEL DIA
Autora intelectual, material y única responsable: Beatrix a la/s 5:55 p. m.
Etiquetas: cuentos mios, opinando
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14 comentarios:
Hola, mucha razón tienes con este post acerca de la vida, de verdad que la misma puede cambiar radicalmente de un segundo a otro cuando menos lo pensamos. Lo puede hacer para bien o para mal como se puede evidenciar en los casos que cuentas.
Bueno y aunque preocupante querer uno un hijo y enterarse de una que son 3, la felicidad que se siente debe ser indescriptible.
Saludos y buen fin de semana
Beatri, definitivamente confirmo leyendo esto que para ser médico hay que tener vocación...yo en tu caso pasaría loco con las cosas que te toca ver todos los días.
Javier: si, la vida es algo tan frágil, y lo de los hijos es cierto, yo me imagino que uno lo que siente es alegria y temor, pero temor por no estar a la altura del reto, y una alegria inmensa..
Carlos: volviste!!!, al principio uno quiere volverse loco, ya después las cosas le siguen dando duro a uno (o por lo menos en mi caso) pero para ayudar a la gente hay que ver las cosas con cabeza fria..
ESE ES UN VERDADERO COMPROMISO. QUIZAS ALGUN DIA TENGA LA FORTALEZA PARA EMPRENDER UN CAMINO COMO ESE. PERO CREO QUE AUN NO ESTOY PREPARADO.
Definitivamente 3 historias que nos muestran lo impredecible que es la vida... y las dos ultimas nos recuerdan lo afortunamos que somos...
Alex: te cuento que si, esto necesita compromiso, una vez cuando estaba estudiando me confesé con un curita español, hablamos y me preguntó yo que hacia, cuando le conté que estudiaba medicina me dijo:
- No hay que ponerte penitencia, ya tu escogiste un apostolado.
En estos tiempos de ley 100 y trabajo de obrero para los medicos no hay que olvidar el real compromiso con la gente, por otro lado en las historias que tu cuentas como odontologo me parece que si tienes un compromiso similar..
Iki: si, estos casos son la prueba irrefutable que la unica constante es el cambio, a veces para bien, otras para terrible, como los dos ultimos casos que son descorazonadores
no tiene usted un buen trabajo.. es duro poner precio y tasar desgracias.. pero al menos puedes intentar ayudar en lo que puedas.
Este es un post de pelicula... al estilo Alejandro González iñarritu.
oiga comadre, tu estudiaste en la UdC?, iniciaste en 1996?... de ser asi, debiste conocer a mi mejor amigo y a mi esposa.
saludos
Beauséant: mi trabajo es bueno, no para todo el mundo, como todos, la idea es que esas personas tengan a alguien que los oriente y les ayude a atravezar por esos momentos terribles..
Vik: uff, que comparación mágnifica, gracias por lo que me toca, si estudie en la de Cartagena y empecé en el 96, tu mujer es medica? estudio conmigo? si es así hoy está cumpliendo cinco años de egresada..
cuentame el chisme completo..
por eso nunca se me atravesó por la mente estudiar medicina: el hecho de enfrentarse a la miseria humana, no cualquiera lo lleva bien sin quebrarse en el camino. Hay que volverse un poco insensible, no?
Saludos!
Tabian, yo soy muy sensible, pero lo cierto es que hay que ver todo desde una perspectiva menos fragil, porque no hay que ser un peso sino una guia para el paciente..
Hola Doc, tiempo sin pasarme por acá.
No creo que haya que volverse insensible para ejercer la medicina como dice Tabián, por el contrario la gente que llega hasta el final es porque está firme a su convicción y sabe que mediante esta forma puede disminuir un poco el sufrimiento que nos rodea
ROnDa: si, asi exactamente es como dices, siempre siendo sereno, pero teniendo la capacidad d eponerse en los zapatos del otro..
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